La persona dependiente es incapáz de alejarse o creer sobrevivir sin la persona de la cual siente esa dependencia, es por ello que prefiere permanecer cerca a pesar de su sufrimiento, llegando a casos extremos de recibir maltrato emocional y, en casos más graves, maltrato físico con tal de no ser o sentirse abandonada y así continuar con su relación inestable y destructiva.

La baja autoestima y su enorme necesidad de afecto y reconocimiento le han llevado a establecer relaciones de Codependencia donde permanece el miedo al rechazo y al abandono, por lo que constantemente busca poder satisfacer las demandas y necesidades de quien supone debe amarle exigiéndole también reciprocidad y sentirse valorada, sin darse cuenta y menos aceptar que lo que desea es ejercer un control total hacia su pareja a través de lal manipulación en sus distintas formas de las cuales las más comunes son el reclamo y el chantaje.

La preocupación, atención, dedicación, vigilancia y exigencia hacia la otra persona llegan a ser exageradas al grado de provocar molestia, enojo y desesperación en esta última de la cual terminará por obtener lo que no deseaba, el abandono. Entonces aparece la angustia, el insomnio, la ira, el miedo, la frustración y desesperación por haber sido rechazada y abandonada, o en su caso, permanecer en una relación infeliz y altamente destructiva.

Desafortunadamente, son pocas las personas que están dispuestas a recibir la ayuda profesional para salir de esa relación y/o curarse de su dependencia por lo que, en caso de no recuperar su relación con la persona supuestamente amada, repetirán la historia buscando, hasta encontrar, a otra persona que supuestamente se adapte a su perfil de necesidades para volver a formar una relación de pareja insana y nuevamente infeliz bajo el lema de "No puedo estar o vivir sin ella o él".