La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que, actualmente a nivel mundial, cada tres segundos una persona intenta quitarse la vida y cada cuarenta segundos una persona lo logra. Tan solo en el año 2013 se reportaron en todo el mundo 842 mil muertes por suicidio, lo que lo lleva a ser la décima causa de muerte a nivel mundial y la tercera causa de muerte en personas entre 15 y 44 años de edad, y estas cifras siguen en aumento. De las personas con comportamiento suicida el 80% padecen una enfermedad psiquiátrica, inclusive sin saberlo. El 20% de las personas que intentan suicidarse sin lograrlo repiten el acto nuevamente en un período menor a un año. Una de cada 6 personas deja una nota escrita. El grupo más vulnerable sigue siendo los jóvenes entre 15 y 24 años de edad.

Mientras que el Suicidio es el acto de quitarse la vida voluntariamente e intencionadamente, al Intento Suicida se le llama al acto de autoagresión que lleva a cabo un individuo de manera deliberada, con la finalidad de terminar con su vida pero en el que no se logra el resultado de muerte. El Suicidio Consumado es el acto lesivo autoinflingido con resultado de muerte

Aunque la realización del acto suicida a veces sea impulsiva el proyecto suicida nunca es improvisado; el suicidio siempre empieza con el pensamiento antes que la acción, lo que significa que, comunmente, la persona suicida ya lo venía pensando tiempo antes y, en la mayoría de los casos, ya lo había comunicado a alguien con anterioridad; es por ello que la idea aún comun de que "la persona que habla de suicidarse no lo hará" es totalmente falsa. Toda idea, pensamiento o amenaza de suicidio deben ser tomadas en cuenta con absoluta seriedad.

Se ha comprobado que la gente que se suicida, previamente ha experimentado una serie de acontecimientos súmamente estresantes que los hacen sentirse indefensos y desesperanzados por lo que consideran que la única manera de solución para poner fin a tal sufrimiento emocional o psicológico es la muerte, en este caso por la vía del suicidio.

Los motivos para que las personas presenten pensamientos de su propia muerte, ideas suicidass o comportamiento suicida son diversos, sin embargo todos ellos implican el sufrimiento emocional. Los siguientes son solo algunos ejemplos:

El deseo de escaparse de un confllicto, liberarse y obtener tranquilidad en este caso eterna
Deseo de venganza hacia otra persona y castigarla para siempre
Para generar culpa y sufrimiento a otro y otros para el resto de sus vidas
Por miedo de sufrir más ante una enfermedad grave o incurable que los llevaría a una muerte lenta
Deseo de terminar con una culpa propia
Como una actitud de revancha o represalia tras un abandono
Como sacrificio para obtener amor o reconocimiento de otra u otras personas
Para promover cambios en las actitudes o sentimientos de otras personas
Por deseo de una reunión romántica o apasionada con un apersona amada ya fallecida
Como sacrificio religioso u heróico
Por otro lado, también se han observado ciertas influencias como presiones económicas, laborales o académicas; el desempleo, motivos de vergüenza, separaciones sentimentales o divorcios, el abuso de sustancias como el alcoholismo y otras adicciones, el maltrato físico o psicológico y el acoso escolar o bullying.

Entre las enfermedades psiquiátricas más comunes causantes de suicidio están la Depresión, Ansiedad, Trastorno Bipolar, Trastorno límite de la Personalidad, la Esquizofrenia y otros Trastornos Psicóticos.

Teniendo en cuenta los indicadores del comportamiento y dependiendo del perfil de cada individuo el suicidio podría prevenirse por lo que ha continuación se aportan las aiguientes sugerencias.

• No le restes importancia a la persona que te ha comunicado su ideación o deseo suicida, creele sin juzgarlo.
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  Conversa con él o ella y trata de reforzarle la idea de que los problemas usualmente son temporales y que seguramente la situación por la que está pasando tiene una solución favorable.
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  Hazle sentir que no se encuentra solo.
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  Apórtale la idea de que es adecuado informe su situación a sus familiares y/o amigos más cercanos o de confianza para que lo ayuden de la manera adecuada.
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  Sugiérele que lo más adecuado es ponerse en contacto de inmediato con un Profesional de la Salud Mental para recibir el tratamiento adecuado y, de ser posible, trata de ayúdale a localizar el especialista.

El objetivo ante una persona con conportamiento suicida será siempre preservar la vida del individuo y, no solo eso, también mejorarla. ¡Mientras haya vida habrá esperanza!